En Marea quiere la dimisión de la podemita destrozacoches Paula Quinteiro

Podemos
Paula Quinteiro

En Marea se quiere lavar las manos tras destaparse el escándalo de la podemita Paula Quinteiro, identificada por la policía entre un grupo de vándalos que destrozaron coches el pasado fin de semana en Santiago de Compostela. Por eso, la coordinadora del partido satélite de Podemos quiere que la destrozacoches dimita.

Según han explicado fuentes de En Marea, la coordinadora que lidera Luís Villares adoptó esta decisión al tiempo que se celebraba la reunión del grupo parlamentario en la Cámara gallega, presidida por el propio portavoz de la formación política, que salió del encuentro sin hacer declaraciones.

Ninguno de los miembros del grupo parlamentario apoyó públicamente a Quinteiro, que fue la única que, tras el encuentro, compareció ante los medios en unas declaraciones en las que pidió «disculpas» por si había ofendido a alguien.

Esta petición de disculpas ha sido valorada por la Coordinadora de En Marea que, en un comunicado, ha destacado la «buena voluntad» de la parlamentaria por adoptar esta posición.

Sin embargo, la Coordinadora de En Marea ha decidido trasladar al Consello, el órgano en el que adoptar las decisiones, un texto que acuerde «pedir la dimisión» de la parlamentaria, también inscrita en Podemos –en la corriente Anticapitalista–.

«Debe trasladarse a los órganos de dirección del espacio político», considera la coordinadora de En Marea. Previamente, Quinteiro tendrá la oportunidad de «ejercer su derecho a defensa».

Los hechos

Quinteiro se vio envuelta en la madrugada del sábado al domingo del pasado fin de semana en una disputa con la Policía Local de Santiago, cuando los agentes realizaban un control tras una denuncia por vandalismo.

Según recoge el atestado policial, al que ha tenido acceso Europa Press y cuyas diligencias investiga ahora la Policía Nacional, Quinteiro formaba parte de un grupo de jóvenes que esa noche (1.20 horas de la madrugada) fue interceptado por los agentes después de que un vecino denunciase la rotura de varios espejos retrovisores de los coches estacionados en una calle cercana.

El relato policial señala que encontró a un grupo de 15 jóvenes, uno de ellos con gorro verde –lo que coincidía con la denuncia del vecino– y otro con una botella de cerveza que «mostraba actitud de intentar golpear diverso mobiliario urbano» y que llegó a gritar «Policía, hijos de puta», según recoge el atestado.

Fue en ese momento, cuando intentaron identificar a una de las personas que iban en el grupo cuando sucedió la disputa. Según el relato policial, se pidió al joven que «se mostraba más agresivo y que anteriormente había insultado y hecho una peineta» a los agentes que se identificase y la diputada, que acudió hasta el lugar «llamada» por el chico «se interpuso entre el varón, exhibiendo una tarjeta parlamentaria, tratando de impedir la identificación y dificultando en todo momento la intervención de la Policía».

Sin embargo, Quinteiro defiende que uno de los policías actuó «de forma desmedida y fue violento» e, incluso, llegó a dejar en el suelo al chico. La Policía señala, por el contrario, que ante la resistencia a identificarse del joven, fue «conducido al suelo donde fue reducido», momento en el que accedió a entregar el DNI, que lo identifica como Fernando B.R., y que también está vinculado con el mismo movimiento político.

Finalmente intervinieron cinco patrullas policiales, entre la dotación de la Policía Local y de la Nacional y fue identificada una tercera persona, por parte de la Policía Nacional, según fuentes próximas a la investigación consultadas por Europa Press.

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